Ganar es un hábito. Pero no hace al monje ni al Porco Bravo. Las cosas no se deben dar nunca por supuestas. Ninguna cigarra pasó nunca mejor invierno que una hormiga. Es cierto que a veces hay casualidades y otras hay excepciones. Pero sólo confirman la regla general. Sin entrenar, sin sacrificio, sin disciplina, no se va a ninguna parte. Aunque a veces un buen resultado maquille una mala actitud. Aunque a veces el talento colectivo tape las miserias individuales. Y viceversa. Hemos tomado nota. Los trenes de la purga ya están en el andén del no volverá a pasar.
El uniforme, ¿no era totalmente negro? |
La otra crónica, la escrita según el tradicional método galeguidade ao pao, informa:
Porcos Bravos 8 - Sheffield Stags 4
Os Porcos Bravos: Manu Blondo (Gk); Frank; Nacho; Xandre; Sergio (4); Peter Rojo; Martín Fisher; Estevo (2); Villanueva; Gael (2); Josué; Sava y Xurxo Moldes
The Sheffield Stags: Gallo (Gk); Thomo; Harrison (2); Machen; Percy; Simon (2); Irish; Ben Thompson y P.K.
Venue: Agüeiros, en Campañó. Mañana soleada. El otoño en Galiza ya no es lo que era. Estuvieron arreglando el campo y se notó.
Attendance: 700 privilegiados en las gradas. Entre ellos, los hermosos y los malditos.
Uniformes: Os Porcos Bravos cabalgan otra vez con Jako, hermosa camiseta germana y negra.
Los Stags insisten en el verde de tonalidad confusa. Ya saben que la esperanza es una puta vestida de ese color.
El Laurence Bowles (¿o es ya el premio Colin Davies?) al mejor jugador porcobravo es para Peter Rojo, imperial en la zaga local.
El Derek Dooley's Left Leg al mejor jugador inglés, es para Simon, al que otras fuentes llaman Schofield.
Árbitro: E. Manzano Negreira. Sin influencia en el resultado.
Los Datos: Van cinco victorias seguidas del equipo galego y la tentación de la rima siempre está presente.
Sergio se convierte en el primer jugador que golea en cuatro ediciones consecutivas.
Os Porcos Bravos empiezan a ser una voluta de humo en el horizonte. 12 triunfos a 7. Jamás un equipo en esta Cup había tenido cinco partidos de ventaja. Contando además con la particularidad que diez ediciones se han disputado en Inglaterra por sólo 9 en Galiza. En la XX, buscarán, una vez más, lo nunca visto en la competición. Ganar 6 ediciones consecutivas.
No nos engañemos. La puesta en escena de los Porcos Bravos fue un puto espanto. Se notó que parte del equipo se dejó arrastrar por la resaca de la noche pontevedresa y ni hizo acto de presencia. Se notó que no se entrenó la XIX ni a las canicas. Se notó que están embriagados de éxito. Y tanto dieron la nota, que los ingleses marcaron en su primer ataque. Tocaba a los locales remar contracorriente. Y entonces los cuervos, una vez más, decidieron volar en dirección al Main. El delantero titular para la ocasión demostró de que pie cojea y hubo que cambiarlo. Genio y figura, a Sergio le bastó lo que quedaba de primera parte para marcar la diferencia con un póquer de goles y cambiar el curso de la batalla. Gael, Xandre, Josué y los debutantes Estevo y Villanueva, todos un notable alto, empezaron a subir el ritmo, y la jornada se tiñó de negro. Los de Sheffield, un equipo aseado y trabajado tácticamente, acusaron eso tan viejo de que todo el mundo tiene un plan hasta que le cae la primera hostia, y encajaron un quinto antes del recreo.
Aunque nadie lo dijo en voz alta, todos sabían que la segunda parte sobraba. Un parcial de 3 a 3 pese al noble temple de los arqueros, un intercambio limpio de golpes en el correcalles, dos lesionados más en la banda de los gallegos y el admirable pero infructuoso esfuerzo de Martín por hacer su gol y defender la corona de máximo goleador histórico.
También hubo otros detalles de esos que enriquecen la mitología anglogaliciosa que se bebe en los pubs: el golazo de Simon, directo a un tutorial de como pegarle a la pelota; o la asistencia de tacón de Sava...lástima que volviese a confundir la portería.
Ahora toca preparar la XX. Un partido que se prevé épico.
Os galegos tienen que hacer examen de conciencia.
Los ingleses, jugando de locales y con tres fichajes más, tendrán una nueva oportunidad para acabar con una sequía que enfila hacia la década.
Pero eso será otra marea y en otro país
Después de todo, mañana, si los dioses no disponen otra cosa, será otro día.






















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