header-photo

La Bestia Alude Al Abismo Mientras Elude La Inclusividad

Los conceptos sirven para caminar a través del abisal territorio anglogalicioso, pero no son la Anglogalician en sí misma. Pueden ser herramientas afiladas u oxidadas, al igual que los noúmenos huérfanos son astrolabios de navegación para los náufragos de la orfandad, y la teoría de categorías es la caja negra para la teorización de las heces, pero todos acaban a orillas del río Bann.

Por tanatopraxia, las hiperzonas de exclusión del Porco Bravo purgado no son geotraumáticas sino cronotraumáticas: agujeros en el presente, cronozonas. Así, la cronozonificación de Galizalbion por el tecnocosmopolitismo pathomediático del Rodillarato es propulsada a su vez por el entorno tribal de imágenes y narraciones distópicas. No somos capaces de encontrar un burdel alternativo al que está regido por todas las megaestructuras contingentes, en el proceso de comprender el derrumbe del orden cérvido que se vive en las herrumbrosas lanzas de Sheffield.

Las cenizas de Yardley Gobion nos enseñaron que la metalepsis recontextualiza y describe de forma bella y radical la exaptación evolutiva, donde una vejiga natatoria puede llegar a ser un testículo sin intentar ser un pulmón ni tenerlo como objetivo o propósito de los viajes ingleses. No fue lo unico que aprendimos. Con la lava de la volcánica Dùn Èideann supimos que cada erupción de la tricotomía es capaz de afirmarse como portavoz estándar de la posición desintegracionista de la cerveza tibia.

La hiperstición es la auténtica verdad de la Anglogalician. Los buenos druidas nos mostrarón en Gales que toda invocación requiere de un diagrama maligno. La Bestia montaraz de la próxima corrida, cabalgará una nueva era de esta competición hacia cualquiera que sea el futuro retorcido que los remolinos de la supremacía hayan designado en su cladograma de reacción anastrófica.

Nuestra lealtad a la Causa no es un tic psicológico, sino una obligación rigurosamente práctica. Se basa, ineludiblemente, en una ley de peltre histórica.
Mirar al lado oscuro es el único modo de ver.

For A Young Stag Has Now Taken The Torch. (We Are Bladesmen)

"The next generation will always surpass the previous one. It's one of the never-ending cycles in life." Masashi Kishimoto


So for the first time the next generation of Stags took to the field. Noah Ellis (Nunu) returned to the shores of Galiza for the first time in over ten years, the last time he was a 6 year old out there with his Dad (Shabba), Uncle David (Thomo) and Grandad (Homer) for a more sedated visit with the families.

Back now as a man, he becomes the first of hopefully many of the next generation to grace the squares and streets of Pontevedra.
I (Shabba) his Father asked him a few questions on his time out there.


So Nunu, your second time on the Galician shores, but as you were 6 the first time, what was your initial reaction when we landed?
Well at first I wondered why we'd let my Uncle David (Thomo) sort the transport from the airport as it was late. But I was excited to see what food and drink we were going to be eating. I also found it a lot different to the rest of Spain. (Spain is not Galiza) The first meal was at a lovely restaurant and had the normal Galician family vibes to it, some lovely food and wine. What did you think of the afternoon?

Sitting with my Dad (Shabba) and Uncle Steve (Gallo) eased me in gently, but after a while it was great having a laugh with all the lads. The food was great and loved the local wine. It set up a great start to the weekend. Uncle Sergio turned up for a while as well which helped me settle in.

We hit some great bars that afternoon/evening as well, sitting in the squares was great and playing darts in a bar as well. Fran (The MAIN) took us to a great bar at the end with music on, that was a nice bar also had some nice looking ladies in there.


Let's talk football, so it was your debut for the Stags, you were the youngest player in a very ageing team. How did you find it?
It was like playing with the cast of Dad's Army. I felt great until half time even though it was so warm, but after I'd left the pitch I needed to throw up several times. I went up front for the 2nd half when I came back on and think I showed man of the match qualities for the Stags. I'm looking forward to the next one with a few younger players so we can bring the cup home.


So Sunday afternoon meal and the Pontevedra game, we noticed you weren't drinking during the meal?
I was knackered, doing all the running for the old men on the field, I needed to get some water in me. The meal was great, I think I ate my body weight in ribs. Uncle Serg then took me to the club shop but it was closed. He seemed to know everyone on the way there and back, Thomo said it's from all the gay bars he goes in.
Joking aside the game was great I managed to get to the shop and bought a shirt. Loved drinking at the match and watching the firework man do his impression and how the fans took us in. That led to a great evening finally ending up in the Grifon finally and seeing the Dirty Argie. We had a kebab as we left and it was like eating a dead cat, worst kebab ever, but was funny watching Gallo trying to talk to the guy behind the counter.


So onto the final day, the beach, the bars and me leaving you in the capable hands of Gallo and Thomo. What was I thinking!!!!!
The beach was beautiful, great driving over there and having a walk on sand. The place we went after was lovely as well the little bars and tapas was great. Gallo was funny getting the picture under the nob on the wall. The food was ok and when we got back it was good sitting in the square with all the lads and Fran. Then we went on to the bars, my best night, loved it, think it was because you weren't there. Thanks. The drinking was good and couldn't remember everything, but remember drinking Whisky outside the Grifon, not sure who bought it or how many I had. There is video evidence of me and Uncle Steve walking home, apparently PK had to bring us back in the end.


So to some up your weekend, did you enjoy it?
God yeah, can't wait for the next one. Apart from the journey back and the airport as I was hanging and had to lay down a lot. The lads were great and had the best time.


Just want to say thanks to Main, Serg, Fern, Manuel and all the rest of the guys who made the weekend for us old and new Stags. Everyone enjoyed it and all want to come again.

Up the Stags!!!!!!!

Los Montaraces De La Osa Mayor

Hace ya mucho tiempo que camino hacia el Norte, entre tractores en llamas y folerpas huérfanas.

Hace ya mucho tiempo que camino contra el Norte, como un viajero gris confederado desafiante entre la niebla.

Una verdad cifrada en XVII ediciones dejé atrás: el humo de los brezos, el rojo de los acebos, y la alegría fugaz de la cerveza, os la revelarán algún día.

En el camino del Norte, sin embargo, sólo los más valientes me acompañan.

Marchamos a la intemperie de las noches hiemales.

Les digo este relato para recordadles que su obligación es subir y combatir a nuestro lado.

En nuestras cabezas braman los vendavales, en nuestros ojos juguetean los relámpagos, bailan las nubes y se ríen las estrellas.

Malo será que no ganemos.



De La Matanza De Ciervos Como Trámite Administrativo. La Décima Cayó En Campañó.

La Anglogalician es un orgulloso vector temporal retorcido y críptico que avanza en espiral hacia el pasado y retrocede hacia el futuro.


¿No estaba prohibida la publicidad?

Las piezas de caza se clasificarán en dos grupos: caza mayor y caza menor. Tendrán la consideración de piezas de caza mayor el stag, el ciervo, o cervo, el baldragas, el correveidile, el procrastinador, el tóxico, el pelador de camedrios y cuantas especies sean declaradas como tales por el Rodillarato.

La otra crónica, la escrita según el tradicional método galeguidade ao pao, informa:


Porcos Bravos 11 - Sheffield Stags 1

Os Porcos Bravos: Manu Blondo (Gk); Frank (1); Nacho; Del Río; Sergio (3); Billy (2); Anxo; Xandre; Rivas (1); Pedrinho; Peter Rojo; Martín Fisher (1); Guille (2); David (1), J. Toti (1); Gael.

The Sheffield Stags: Gallo (Gk);Thomo; Shabba; Nunu; Dick Walsall; Schofe; Machen; PK; Whysall; Pátraicc Úa Muirgheasa (1).


Venue: Estrenamos campo. Agüeiros, en Campañó. Merecía el Pritzker pero... 32º putos grados na Galiza que estrena outubro. Para que luego nieguen el cambio climático. Campo en perfectas condiciones.


Attendance: 400 privilegiados en las gradas. Willy Sifones asiste de incógnito. O eso cree él.

Uniformes: Os Porcos Bravos visten de negro Nasa, con el jabalí blanco de Ricardo III como escudo. Un apaño que deviene en icono instantáneo.

Los stags, que volvían a Galiza siete años después, visten un inclasificable uniforme con distintas tonalidades de verde. Ya saben que la esperanza es una puta vestida de ese color.

El Laurence Bowles (o es ya el presente Colin Davies?) al mejor jugador porcobravo es ex aequo para Billy (Álvaro), Guille y Gael. Este último, cuando empezamos a disputar la Anglogalician, no había nacido. Cavilen sobre ello.

El Derek Dooley's Left Leg al mejor jugador inglés, es para el gran Gallo. Ocupó la portería de forma accidental pero no se notó. Sin su buen quehacer, los stags se llevan 20 en un saco.

Árbitro: Afortunadamente para los de negro, no fue Wayne Barnes que debe sufrir de melanofobia. Con este tipo al pito, igual el resultado hubiese variado en cantidad.

El Dato: Se reanudó la Anglogalician Cup después de cuatro años de langosta. El virus chino, el diablo y el alcohol se llevaron al resto.

Os Porcos Bravos se alejan. 10 triunfos a 7. Nunca habían tenido tres partidos de ventaja. Contando además con la particularidad que nueve ediciones se han disputado en Inglaterra por sólo 8 en Galiza. En la XVIII, buscarán lo nunca visto en la competición. Ganar 4 ediciones consecutivas.

La AngloGalician no es un pasatiempo, es un Compromiso.

Os Porcos Bravos lo han entendido a la perfección en estos años de parón biológico, y han confeccionado la mejor plantilla de su historia. Lo tiene todo: veteranos curtidos, talento, juventud y temeridad.

El bando inglés, en cambio, ha pagado un alto precio por sus convulsiones internas. Ningún proyecto prospera en la tierra baldía del enfrentamiento cainita. Habían arreglado la parcela deportiva con Lee Gordon y sus gladiadores, pero no todo lo demás. Y así les fue. Cuanto antes empiecen su enésima reconstrucción, mejor para todos. El tema es que regresaron a Galiza por primera vez desde la década pasada, con uno de los equipos más flojos que se les recuerda. Recurrieron al comodín de un puñado de valientes expats, que saltaron sobre Campañó como los paracas en Dien Bien Phu, y con igual suerte.

La XVII en esencia, ni tuvo épica ni fue disputada. La manada local jugó con la verticalidad sin freno del rayo. Asedió a los Stags desde el inicio, marcó 4 goles en la primera parte que pudieron ser una docena, y a pesar del alud de caras nuevas en su equipo de gala, se mostró muy cómodo en el agresivo planteamiento del 2-3-2 que ha diseñado el Main.

Los de verde, que apenas soportaron el tórrido clima, bastante hicieron con defender con cierta dignidad su portería y evitar males mayores más allá de la desgraciada lesión de Dick Walsall.

La segunda parte sirvió, entre otras muchas cosas, para:
Que os Porcos Bravos exhibieran la profundidad de su banquillo, haciendo un siete.
Un irlandés que es seguidor del Leeds United lograse el gol del honor de los ingleses.
Sergio sacase un conejo de la chistera.
Martín Fisher nos demostrase que va seguir goleando hasta los 80 años.

Ahora toca preparar la XVIII. La cábala nos dice que el Nordeste inglés es territorio comanche para os galegos. Tres viajes, tres derrotas.

Pero el relámpago, ¿Qué nos dice el relámpago?

Wild Samhuinn In A Northern Sea Of Flickering Pumpkins

Mild Swimming 
Immersing oneself in new pools or other water courses is part of an urban adventure designed to be somewhat exhilarating but not as outlandish or unrealisable as an advertisement of the same theme might suggest. A reasonable lack of concern over being an unofficial member of the misadventure club is an essential part of the freedom of the individual. Going into public spaces wholly unfamiliar, excepting for the extant erudition and information of an Ordnance Survey map or Google Earth, can be frightening and exhilarating as long as you remember to remain aware of the possibilities of undercurrents, objets d'art and real sodden paraphernalia that may obstruct one's freestyle experience. Watering holes can have hidden depths, so modest excitement can be gleaned from fathoming out just how many monkey wrenches might emerge to menacingly grip one's nuts and prompt one to bolt for the fire exit aflame with fear and smokey trauma.
Moon-bathing is a romantic ideal, so midday sun-dipping is usually recommended for urban mild swimming in worlds where happiness can be all too virtual but anxiety and nervousness can be all too real. So, despite the effects of a spectacularly classic modern summer's day wherein cat's and dog's tongues hang out like eager, flesh coloured washing, one can seek the cooling shade of a classic and/or modern watering hole, the likes of which may not have been fully discovered, except by its regular mappers. In the modern British summers, it might merely be a desire to whet one's whistle to avoid getting one's whistle wet in a sudden, BBC-strength squall that has rain spitting through the winds at the earth at a belligerent forty-five degree angle. 

 

CASTLE & ANCHOR, 2 Church Road, Stockton-on-Tees.
A modestly sized establishment on a very busy corner where you can see important veins pumping on the roads of downtown Stockton. The furniture has been rearranged and there's still a feel of recent caulking intended to keep the place afloat in a sea of competitive modernisation. The internal views are enhanced by TVs displaying aspects of the world of sport, possibly to deflect from seeing the church across the road and any consequent contemplation of something more than sporting good and bad fortune. Archived and resolved contests of the beautiful game and current cards from the sport of Kings, Queens and still hopeful sections of the various British classes can be seen from every vantage point throughout the pub.
The upgrade of the husk means the regular, common folk can continue their conversations from the past about the new, technological miasma of plasma that shows the outside from a very well established inside. The pub also has a steady rhythm of humdrum popular music, which creates an ambivalent vibe. The prices are very reasonable in the current climate, and the staff are easily pleasant to all and sundry. This place is a solid house of commonplace affability in a Stockton currently in the eye of a storm of redevelopment.

THE ROYAL OAK, 20 High Street, Stockton-on-Tees. Just beyond the aforementioned Church Road in the heart of Stockton town.
The previous theme of necessary rejuvenation is evident in this pub, upgrading having taken place from its former historical, somewhat vibrant character. The bar is bigger than most and has two guest ale pumps amongst a plethora of popular, everyday beers, lagers and ciders. The furniture is still very comfortable, combining old wood and more modern surfaces very well. This pub, again, has a notable number of TVs dotted around the dark wooden walls, and plays popular but not pop music at a level where you can still talk and listen to the exchanges of clearly frequent clientele. The atmosphere retains a feeling of enduring steadiness under the consistent shadow of economic pressures to evolve, to develop a sense of generic salubriousness. The prices are reasonably comparable to the Castle & Anchor. My visit saw me take up a welcoming window seat that enveloped me like a satiated Venus flytrap. I was able to see the local theatre The Globe from this vantage point whilst quietly quaffing a half of Birra Moretti.

THE SUN INN, Knowles Street, Stockton-on-Tees. Less than a stone’s throw from the Royal Oak.
A small, cosy regular Cider With Rosie kitchen feel with obvious regulars already installed in their apparently appointed places, chatting about old world subjects whilst stealing a glance at the modestly sized TVs on the walls reliving moments of good and bad luck in repeats of already run races. The person serving at the small bar was very welcoming and greeted me as a stranger with a good-natured, cheeky ice breaker to put me at ease amongst the decorative red cross-hairs whose presence made an uncomfortable point of focus for anyone visiting from the not too distant future. The pub is well connected to community agencies and has music nights at weekends.
There was an undercurrent of a group identity of somewhat parochial protective mien. The obvious regulars were very comfortable with their positions, and their long in the tooth easy habitual socialising. The primarily liquid victuals on offer were the nationally identifiable session drinks but there were bar snacks available to round off the experience. 

The three Stockton-based mild swimming locations had a theme in common, that of being economically evolved to accommodate temporal compromise so as to appeal to visitors and indigenous alike. The first two particularly had necessary ambivalence to the common purpose of public places and coercive zeitgeist. All three shared an existentially lexically compromise to the point where community responsively shields itself from wider collective psychological tropes.

All three had walls which, could they talk, would regale any listener with tales of yore that might encourage, through their vital, shared voice, fresh thought and more active cognition and comprehension of the existential experience of mild swimming.

THE STOCKTON, 122 High Street, Redcar.
This pub has grand old furniture, an old-style wooden bar, new TVs on a number of the wood panelling walls and good old fashioned prices.
It has an appeal for regulars in its upgrading to visual information while retaining a tangible reminiscence of older and apparently simpler times.
The pub also has a significant amount of natural light as the summer sun is welcomed in by windows which are on the generous side. Looking onto a small beer garden the large back window resembling a lazy eye – a very large TV half obscures it - allows enough light to read any racing card by.
Although it has a couple of modern flashing-light gaming machines, one can still 'hear the gentle sound' of its regulars handing over their noiseless tenners to continue what are now seen as antiquated ways and wishes to maintain a slightly uneasy status quo. The limited, staple bar, however, means that only the diehard customers might get whatever they want, as there is no evidence of beautiful, mythical sirens pouring out their ambiguous promises from the mainstream pumps. Although I was satisfied by a high quality draught Guinness on offer.

PIG & WHISTLE, 27 Station Road, Redcar.
This pub is quietly confident of its particular and olde worlde feel: the furniture is unashamedly old and very comfortable for an extended stay. It resembles a museum with its different rooms and it has a double-faced bar to easily serve all of the various places a visitor can ensconce themselves.
Two of the rooms are reminiscent of old 'snugs' and have many pictures of old Redcar and paintings and photos of local historical referents. Only one of the compact rooms has a discreet TV that can be turned on by request, so you don't need to evoke moving images of the outside world if not desired. The main bar room has an extended area where pool can be played without distraction. This bar space also has the locals who congregate during the day time even when visitors are scarce. One drawback with this pub might be identified by the limited range of drinks on offer but one could easily feel inclined to compromise in favour of spending time in the understated convivial atmosphere.

O'GRADY'S, 18-20 Queen Street, Redcar
An Irish welcome to all-comers is offered by a well-appointed, tastefully furnished repro watering hole that serves an extensive menu of food at reasonable prices.
It has two ale pumps living alongside the customary typicals, as well as a number of significant TVs informing of the outside world of sports. There's no music in the background as the TVs have low but audible sound for those interested in the various events covered.
The layout is constituted of primarily restaurant style tables as it is also an active hotel which provides victuals for temporary residents visiting Redcar and the wider north east coast, and anyone wanting to go through an absurdist defamiliarisation of a place they live in. Its three-pronged character (pub/hotel/restaurant) means it can be confident of significant numbers of regular and irregular customers throughout the year. This place has a certain charm about it with its nicely adorned decoration coupled with genial snippets of Irish-Gaelic wisdom on the walls, and it can boast a general sense of openness that means it can flourish in the present conditions without need for any further upgrades. 


The timings of visits to these urban mild swimming holes create a kind of Jekyll and Hyde character to proceedings. Afternoons would be the Dr Jekyll as chemical experimentation is sparsely undertaken by mostly economically inactive swimmers, treading water, still staring at a starless firmament. Evenings would be the Mr Hyde aspect as dilettante debaters might raise their lubricated volubility tussling over a chair whose status is worthy of scrutiny: one arguing that the chair is freer than they feel, the other countering with a form of quantum of solace view that although empty, the chair is not free but merely physically bound by well established rules of existence.
Afternoons see somewhat tentative ripples of conversation between groups which are common to the place and are aware of the place being very common to them, without any accompanying Aaron Copland or ELP fanfare.
Afternoons are for wandering anthropologists and unattached individuals sheltering from various existential climatic variations. Evenings are for the bravest of observers whose vitality of experience is more visceral than cerebral. These timid excerpts of mild swimming are from afternoons.


Algún Día Drenarán El Gafos. Lo Que Los Patos Sospechan Y Los Cisnes Callan.

La adicción supone buscar consuelo en aquello que te destruye.




Programa Oficial de la XVII Edición.

30 Setembro.

13.13 Comida enxebre pangalaica na Paloma (The Dove)

15.01 Primer Run Amok por las cenizas de lo que alguna vez fuimos. 

19.06 Los supervivientes y las tropas de refresco se encuentran no SoulBeer.

20.27 Desalmados, nigromantes, pendencieros y náufragos, irán a cenar al Muelle.

21.38 Segundo Run Amok por los clásicos de Loresgrado.


1 Outubro. Hoy es el Día que alimentamos a la Bestia.

12.03 Veteranos contra noveles. The Anglogalician se estrena en Agüeiros (Campañó). Alabado por sus indudables cualidades arquitectónicas, el campo será testigo de la eterna confrontación entre lo nuevo y lo viejo. Os Porcos Bravos buscan la Décima. Los casaca rojas, capitidisminuidos, el rayo verde. Hará calor y no tendrá nuestros ojos.

14.34 Tercer Tiempo Nasantiña. Si os suena el local, es que ya estuvimos aquí. Pero ahora tiene otro nombre y otras reglas.

17.00 Pontevedra-Guijuelo. Partido de Segunda Federación, que viene a ser la cuarta categoría del fútbol estatal. La ciudad del equipo visitante es famosa por su jamón. Pocas veces está mejor dicho eso del Hai Que Roelo.

19.29 Terceiro Run Amok polo lusco e fusco das nosas redencións.


2 Outubro

11.07 Road to the Marcas Boniatas. Ægir nos regale 9 olas y ninguna situación embarazosa.

19.06 TaberNasa. Acústico de Arthur Thin, leyenda musical de la competición, y ceremonia oficial de clausura de la XVII.


3 Outubro

10.55 Desayuno cervecero en el Hotel Dabarca, que es el tradicional campamento base de los Stags de Sheffield cada vez que visitan la fermosa Pontevedra. Se hará balance, habrá promesas, se perdonarán 7 años de ausencia, y se avivará el fuego de la XVIII.




E coma sempre o de sempre, Galiza Über Alles.

La Tradición Se Alimenta De Años

Después de tanto silencio y barro en las estrellas del Norte


Distancia: ¿kilómetros y kilómetros entre Sheffield y las Marcas Boniatas?
Nos han dispersado, trasplantado, purgado, ahorcado, nos han pegado duro ¡y qué bien aún estamos en los lejanos horizontes teñidos de rojo!

¿Distancia y lejanías? Mar mediante.

Amputaron manos y pezuñas, lapidaron unicornios, sin saber lo que nunca destruirían: la Anglogalician.

¿Conspiradores y lejanías? Ostracismo en Galizalbion.
Nos sepultaron; nos perdieron por los tugurios de las latitudes: disgregados como huérfanas, conduciendo tractores en llamas. Del tiempo sin crepúsculo, la amenaza terrible.

¿Cuál es, pero cuál es, el día de la XVII?

Los Stags de Sheffield regresan a Galiza 7 años después.

Este cabello gris confederado que exhibe la competición es victoria de las fuerzas inmortales.

O Fútbol É A Guerra Por Outros Medios. De Berserkers, Nobres Franceses Psicópatas e Outras Especies (Bravas)


En “Fanged Noumena” o libro que recopila en castelán parte dos escritos do filósofo inglés Nick Land (o pai do “aceleracionismo”), aparece un texto titulado “Despois da lei”, no cal o autor traza unha reflexión sobre os asasinatos atroces de Gilles de Rais durante o século XV. A partir dos escritos de Bataille -en especial os de “A parte maldita”-, Land traza un retrato moi atinado sobre as accións de Gilles de Rai e o seu significado no seu contexto histórico. Di Land: “co protestantismo histórico, as válvulas de escape transgresoras da sociedade son desritualizadas e expostas a unha condena efectiva, unha tendencia que culmina coas explosións de atrocidade asociada cos escritos do Marqués de Sade a finais do século XVIII e, case tres séculos antes, coa vida de Gilles de Rais”. Fillo dos nobles Guy de Laval e Marie de Craon, de Rais pasou a súa mocidade facendo o que se supón que debían facer os nobres da súa época: guerreando e dilapidando a inmensa fortuna herdada dos seus pais. Land, citando a Bataille di: “a traxedia de De Rais, que Bataille extende ao conxunto da nobreza, foi a de vivir a transición da sociedade suntuaria á racional; e dende o seu nacemento adicouse ao militarismo insensato da aristocracia frances que Bataiile resume coa seguinte fórmula: «Así como o home sen privilexios víase reducido á obriga de traballar, o privilexiado debía facer a guerra» […] Máis importante foi o fluxo e o refluxo incesante das confrontacións militares, nas que a vida e as riquezas podrían ser derrochadas sen límite. De Rais abrazou este escuro corazón do mundo feudal con peculiar ardor, sinalando Bataille: «…encarnou o espírito daquel feudalismo cuxa axitación procedía do xogo de Berserker: estaba unido á guerra por unha afinidade que era o último complemento ao seu gusto polas voluptuosidades crueis. Non tiña outro lugar no mundo que o que a guerra lle outorgaba».”

Pero esa guerra que tanto lle gustaba a De Rais, en paralelo aos avances da tecnoloxía militar, foi convertíndose en algo cada vez máis racionalizado, máis científico e suxeito ao cálculo. Bataille, nun párrafo describe este momento así: “pero no instante no que as políticas reais ou a intelixencia impóñense, xa non estamos nun mundo feudal. A intelixencia ou o cálculo non son nobres. Non é nobre calcular ou reflexionar, e ningunha filosofía podería ser capaz de encarnar o que é esencial da nobreza”. Retirado dos combates, do derroche de medios materiais e humanos, do fragor das batallas nos que De Rais sentíase realmente vivo entre a sangue dos seus inimigos, rematou retirándose a unha das súas fortalezas. Dende ela puxo en marcha o asasinato sistemático de máis de douscentos nenos das aldeas veciñas, transformando a súa pulsión guerreira nun sucesión de actos absurdos de maldade indescritible. De novo, Bataille: «Os crimes de Gilles de Rais eran os do mundo onde os cometía. Os movementos convulsivos daquel mundo son os que explican aqueles estrangulamentos”. E Land ao final do seu texto: “O asasino psicópata é tanto a xustificación final da lei como punto de transición do mal á patoloxía, ou da alma criminal das sociedaddes políticas ao bug da xeración cibernética en fase-mercancía. […] O De Rais de Bataille é un fallo no control económico”.

O contexto dos crimes raisianos dende esta perspectiva coloca a este na situación dunha especie de cristalización dos valores dunha época que estaba a esmorecer. O ardor guerreiro do nobre francés entregado ao derroche insensato no campo de batalla vai quedando sen material combustible a medida que avanza o século XV. O puro espírito berserker, cercado por unha sociedade que vai avanzando tecnolóxicamente e que vai racionalizando e centralizando a actividade económica, vai rematando sen espazo para dar saída ás súas manifestacións. Algo deste espírito residual correspondente a un cambio de época acontece dende fai un tempo nas sociedades occidentais. O proceso semella ter certo ar de familia co exposto por Bataille e Land: quen diría que, no noso tempo gobernado pola razón tecnocientífica e o egoísmo economicista iamos encontrar explosións de violencia berserker masivas desatadas polo planeta enteiro adiante?



Quizais a forma (sublimada e ordeada) máis exitosa disto sexa o mundo do deporte contemporáneo. E, dentro deste, o mundo do fútbol. Pero as cousas non son tan simples. Temos así, por unha banda, aos equipos de fútbol profesional deseñados en laboratorios tecno-deportivos nos que se fan descricións estatísticas pormenorizadas do rendemento de cada xogador así como modelos matemáticos da súa productividade esperable ao longo dunha tempada. Non é casual que a rapazada que fai anos desfrutaba xogando nas consolas ao FIFA nas súas sucesivas versións agora mesmo estea máis atraída pola parte deste xogo adicada á xestión empresarial dun equipo de fútbol. O management resulta xa máis atractivo que o propio xogo. A xestión racional e utilitarista na cal os xogadores son figuras intercambiables nun mercado global parécelle, a moitos adolescentes, máis interesante que botar unha partida na Play cos colegas (como se isto xa fora cousa de trintañeiros oldskool). Dado que os equipos son sociedades anónimas, o seu obxectivo é a obtención de beneficios, e, a ser posible, que cada tempada estes presenten incrementos de dúas cifras con respecto aos de anos anteriores. O destilado final desta evolución é o proxecto -agora gardado nun caixón- da superligaeuropeademegacampións pomovida por empresarios da construción vidos a máis e multimillonarios petroleros desde os seus postos presidenciais. Porén, doutra banda, fronte a este fútbol profesionalizado, tecnificado, racionalizado e -nalgún momento do futuro- probablemente xogado por IAs en corpos robóticos, está o outro fútbol, o que Nick Land e Bataille chamarían fútbol medieval ou fútbol berserker. Os xogadores desde outro fútbol non están intersados nas follas de excel nin nas gráficas de rendemento nin nos parámetros biomédicos óptimos. Máis ben, certo espíritu militar combinado cunha sublimada paixón pola violencia controlada, parece posuir a estes practicantes. Como se foran herdeiros non declarados dos nobres medievais, o seu gusto non reside nas tácticas nin nas estratexias. O espírito é o da conquista e a destrución (simbólica) do rival. Unha especie de rebeldía non-irónica fronte a corrente dominante, un remanente de desenfreno vital sen sentido fronte aos esquematismos imperantes neste deporte.

O paradigma deste fútbol medieval/berserker é, claro está, a nosa competición favorita. Ese derroche de recursos, de tempo e de enerxía sen outro obxecto que recuperar as vellas emocións da adolescencia. Lonxe de calquera utilitarismo ou de calquera pretensión de beneficio económico, os nosos xogadores saltan ao terreo de xogo posuidos polo espírito dos nobres do século XV. Como se nos seus corpos se adiviñaran as coordenadas vitais doutra época e os intereses persoais doutro momento das propias biografías. O remprazo do campo de batalla polo campo de fútbol e do armamento polas botas e o balón dá lugar a un resultado interesante: pode haber lesionados ou mesmo feridos, pero a cousa nunca irá máis alá no que a danos persoais se refire. A victoria/aniquilación do rival/inimigo sublímase no triunfo no marcador. Os berserkers non aspiran máis que a unha masacre simbólica regada pre e postpartido non co sangue do contrario senón coas cervexas que cada corpo sexa capaz de asimilar. O campo de batalla exténdese con amplitude mái alá do propio terreo de xogo, abarcando cidades e mesmo países enteiros. Detrás de todo o proceso atopamos un exemplo claro diso que Bataille chamaba a experiencia soberana. A competición asemellaríase así, tamén, á poesía -a cal Bataille incluiu entre as formas do gasto improdutivo, sen finalidade-, sendo por tanto paradigma do rexeitamento de calquera forma de utilitarismo e reducto dun grupo de seres a contracorrente fronte a comprensión xeralizada do ser humano como homo economicus (a persona racional, que maximiza a súa utilidade, tratando de obter os maiores beneficios cun esfuerzo mínimo).

Os herdeiros dos berserkers e da nobreza guerreira están, por fin, de volta. A cabalo entre setembro e outubro asistiremos a un novo potlach de resultado incerto e consecuencias impredecibles. Entre o alento poético e a destrucción persoal, entre a sede de victoria e a sede a secas, entre a conquista do territorio alleo e o turismo low-cost, entre a defensa do propio e a benvida xenerosa ao invasor. Isto é a AGC. Gilles de Rais non acabaría como acabó de mal se tivera tido a oportunidade de xubilarse do seu -matar xente no campo de batalla- entregándose á Causa. Longa vida á competición. Longa vida ao porcobravismo rampante. Longa vida a todo o que é intempestivo, a todo o que carece de utilidade declarada, ás explosións irracionais de vitalidade desbordante, a todo o que signifique saírse do guión da previsibilidade, da utilidade e da maquinaria embrutecedora da racionalidade práctica. Longa vida ao todo o que nos fai humanos precisamente porque, como humanos, nos pon nunha situación que compromete tal condición. Longa vida.

The Great Wen In The Reign Of Charles III. I Don't Take Whores In Pubs. A Heckler Shouts "Well Let's See 'em Then"

Pasear y beber por Londres no es cosa menor, dicho de otra manera, es cosa mayor. Así que se impone desde hace un tiempo revisitar las arcaicas guías y recomendaciones que se hacen desde las páginas de este mainblog para aquellos que se acerquen a la gran Sodoma del espíritu anglogalicioso y pretendan disfrutar de la Gomorra de la cask ale, los pork pies y los sandwiches guarros con pepinillos.
Muchas cosas han cambiado desde que esas viejas crónicas fueron escritas, Dios ya no salva a la Reina si no al Rey, hay que echar mano del pasaporte para pisar la isla, y los viejos billetes del tamaño de sábanas han sido sustituidos por pequeños billetes plastificados. Toda una revolución que puede confundir a los torpes y aturullados visitantes que no son porcobravos, y que se animen a cruzar el charco anglogalicioso.

Para testear lo que sigue igual y lo que cambió en la capital del Imperio, hablamos con Nicholas Hawksmoor, viajero impenitente y arquitecto druídico, que llegó recientemente de una visita relámpago a la capital del Imperio más rápida que lo que tarda el Main en bajarse una pinta. Nos citamos en un pub de su elección. Acudimos a su encuentro y nos lo encontramos sentado a la barra, manteniendo una conversación con un interlocutor aparentemente ausente. Le interrumpimos, fija su mirada en su nueva compañía y nos concede audiencia. Empezamos por la galeguidade ó pau:

- Nicholas... ¿qué?

- Bueno, que te voy a contar, todo esto está muy bien, pero la fiesta nos la pueden quitar de los fuciños, como se suele decir.

- ¿De que me estás hablando, Nicholas?

-Ya sabes, hoy estás aquí, mañana allí,…, pero me estabas preguntando por Londres, ¿no? Pues eso, sigue igual pero distinto. El centro de Londres es un bloody parque de atracciones (ya lo era en realidad) para turistas, cada vez hay menos vida de gente normal en la calle, menos pequeños negocios, las franquicias y la gentrificación se lo comen todo, y en lo que a nosotros nos importa, las multinacionales de la cerveza se están comiendo a los free house pubs, ya se los han comido in fact, y la variedad de cervezas y cask ales distintas que puedes probar y descubrir es mucho menor que antes del Brexit, del virus chino y del fucking Charles III.

- ¿Es esto el Ragnarök del british beer style entonces? tampoco será todo tan apocalíptico, Nicholas.

- Los beerholes míticos siguen ahí y las breweries de toda la vida, Fuller's, Samuel Smith,… también, pero la impresión que te llevas es que se pierden cervezas y sitios a mayor velocidad del que surgen los nuevos, no hay cambio generacional, donde antes había un pub de Fuller's, por ejemplo el Old Bank of England, con su interior de madera tallada, sus tonos oscuros, sus parroquianos recien salidos de las oficinas de la City… se ha convertido en un pub de moda, con acabados en inox, clientes con pinta de instagramers y cerveza de, oh sorpresa, Asahi. Ahora pedir una pinta de bitter de cask se ha convertido en una rareza, un modo de resistencia.

- Pero las catedrales del porcobravismo siguen ahí, ¿no?, las has vistado, supongo…

- Por supuesto, cada viaje es una peregrinación y hay que rendir visita a los lugares de poder para recargar energias y llenar los chakras de cerveza templada y olor a meados. Llegué a Londres por Liverpool Street Station y la primera estación del Via Crucis fue el Princess Louise, el mejor sitio para reconciliarse con la city y el british style: madera, moqueta, reservados, urinario en el sotano y toda la Samuel Smith que puedas imaginar…, la primera en la frente, y a partir de ahí la búsqueda de los lugares ya conocidos, donde fuimos felices con una pìnta en la mano y un puñado de parroquianos locals borrachos compartiendo nuestro alcoholismo. The Ship Tavern, Cittie of Yorke, los “oldies”: Ye Olde Mitre, Ye Olde Cheshire Cheese (si por alguna extraña y siniestra razón sólo puedes ir a un único pub en Londres, que sea este), Ye Olde Cock Tavern, y creo recordar que ese día acabamos en The Coal Hole.

- Ni tan mal entonces, ya me esperaba una relación de Costas, Nero's, Burguer Kings, Mc Donalds, Nandos y Pret a Mangers…

- Siempre hay que tener a tu interlocutor en vilo, ponerle en lo peor y después ir abriendo un hueco a la esperanza, que las cosas vayan mejorando hasta el culmen final, el camino del héroe, desde la caída hasta la redención, es de primero de Oratoria, que yo me eduqué con los clásicos.

- Continúa pues, oh Demóstenes de la Anglogalician, el relato épico de tu viaje por los rincones oscuros de la capital británica. ¿Donde os alojasteis? ¿Centro? O un poco alejados, ¿Camdem,Hyde Park, Victoria Station,...?

- Los precios de alojamiento se han vuelto mas imposibles aún, pero por una casualidad del destino, encontramos un chollazo cerca de Covent Garden, así que allí nos dirigimos. Era en la zona que ahora se llama “The Seven Dials”, 7 calles que convergen en una pequeña plaza circular y que es el centro del hipsterismo londinense actual, un barrio en el que podrías vomitar arcoíris, no apto para rudos estibadores, de ahí el pesimismo de mi introducción. Pero nos permitía estar cerca de muchos pubs míticos sin estar en el subway metidos todo el día. Por ejemplo estábamos a 20 yardas de The Cross Keys, que visitamos esos dias con regularidad, todo un escondrijo de normalidad en medio de ese entorno surreal que es el centro de Londres, y al lado del mejor sitio de fish&chips de Londres: The Rock&Sole Plaice, donde puedes elegir hasta 4 tipos do peixe do bó para tu ración.
Bueno, pues teníamos también a tiro de piedra mi favorito de la ciudad, The Lamb&the Flag, y a The Harp y a The Coach&Horses, not bad tampoco.

- Esto va mejorando. Siga, siga, go on, please.

- Ya puestos te contaré que también vistamos la orilla sur del Támesis. Cruzamos el London Bridge muy temprano en el día y nos dirigimos al Borough Market antes de que fuera asediado por los turistas. Ya lo sé, nosotros también somos turistas, pero nosotros somos los buenos y ellos los malos, como siempre, y de ahí no me bajo. Después de la pertinente visita al mercado continuamos con la obligada visita a The Market Porter, y luego visitamos a unas pocas yardas de distancia The George Inn, descubrimiento de este viaje para mi, un precioso pub situado en unas antiguas cuadras, con 2 pisos y un increible beer garden central. Después nos dirigimos a la beer mile.

-¿Beer mile? ¿Eso que es? No figura en la sagrada lista-de-lugares-que-visitar-en-londres del porcobravismo...

- Aquí entramos en el territorio del frikismo cervecero. Una vez que estás en el South Bank, tiras hacia el sureste siguiendo las vías del tren y llegas a una zona donde las vias van elevadas sobre un viaducto de ladrillo, debajo del cual siempre se han ubicado pequeñas industrias y almacenes. Ahora es el epicentro de las nuevas cervecerias londinenses, alguna tienen allí sus fábricas y otras, las mas grandes y exitosas, taprooms, sitios donde vender su cerveza directamente al consumidor. Sobre 15 breweries se pueden visitar allí a día de hoy. Desde algunas recien creadas (Mash Paddel Brewery, Southbank Brewery Co.) a otras ya consolidadas y conocidas como The Kernel, Gipsy Hill, Anspach&Hobday, Moor, Bianca Road, London Barrel Project…
Entiendo que el porcobravismo se nutre de tradiciones y de cervezas tradicionales, pero como he dicho antes, tiene que llegar el relevo de lo que se está muriendo y estas new breweries lo son, también hay que señalar que además de las consabidas cervezas “modernas” ipas, sours, dipas, neipas, shitpas y similares, estas breweries siguen cultivando las bitters, porters, stouts, pale ales, etc, y por supuesto siguen produciendo en cask, así que la continuidad de la cerveza inglesa tradicional ale está garantizada.
Una vez recorrida la milla verde cervecera, lo mejor es dirgirse al norte, volver a la orilla del Támesis y reencontrarse con la historia con el trío de ases de pubs ribereños por antonomasia: The Angel, The Mayflower y, cruzando el río en metro, The Prospect of Whitby. Sólo tengo que decir que yo en la terraza del Mayflower, con una pinta en la mano y contemplando la ciudad desde el dulce río soy feliz, en pocos sitios de esta manera.
Para acabar el día, y mientras las sombras se van adueñando de la ciudad, volviendo de vuelta a nuestra guarida, paramos en The Porterhouse, pub sucursal de la cervecera dublinense de su mismo nombre. Es una mezcla de pub paddy, sala de conciertos y club. Tres pisos de distintos ambientes y conciertos en vivo todos los días. El final perfecto para los que se recogen pronto para dormir y el sitio perfecto para empalmar con el ambiente nocturno para los que trasnochan y se lanzan a la London by night. Pero eso es otra historia que merece otra conversación más sicalíptica.

Toda la razón, Nicholas, eso merece otro interrogatorio y otra entrada, pero ni la haré yo ni lo responderás tú. Y con esto te dejamos a solas en la barra de The Crazy Bird, distante a un puñado de sacrificios humanos de tu obra más polémica, con tu pinta en la mano, mientras sigues hablando solo como si alguien te hiciera caso en el ocaso de una tradición de beber que fue modo de vida.

Y ahora, justo ahora, vuelves a ser un niño, mendigando para siempre en el umbral de la eternidad.

En Los Trenes De Laminación Se Trabaja Con Hierro Incandescente


Somos monstruos que parten en dos una Anglogalician ebria y la dejan atrás, como si nada. Quedará la sangre sobre el suelo, porque lo mismo que nos mata nos sirve de alimento.

Dos purgados por Edición y supimos entonces que el castigo era en realidad seguir jugando.

Acaba con la herida para que la puta herida pueda volver a abrirse.

Ah! Porco! Don't be talking! I was red mouldy for the want of that pint. Declare to Main I could hear it hit the pit of my bollocks with a storm.

Este es el peaje draconiano que la Causa eligió para nosotros.